Síntesis Cronológica
1595 El hacendado y Marqués de la Cadena, Diego de Caballero y su esposa Inés de Velasco, manifiestan el deseo de fundar un monasterio en su propia casa, asumiendo la manutención de 33 religiosas, una por cada año de vida de Cristo en la tierra.
1596
El Papa Clemente VIII emite la bula aprobatoria dirigida al arzobispo de México, especificando que estuviera dedicado a Santa Inés, virgen y mártir, y observara la regla de las clarisas o la de las concepcionistas
1598
Felipe II autoriza la fundación mediante real cédula enviada al Virrey Gaspar de Zuñiga y Acevedo, Conde de Monterrey.
El maestro de arquitectura Alonso Martínez López inicia la construcción.
1599
Se termina la construcción del convento. Muere Doña Inés de Velasco y es enterrada ahi.
1600
Llegan las fundadoras: una abadesa, tres monjas y una novicia provenientes del convento de la Concepción, el más antiguo y rico de la capital para recibir a las postulantes, quienes tendrían que ser doncellas españolas, huérfanas y pobres.
1768
Miguel Cabrera, el pintor guadalupano por excelencia y José de Ibarra son enterrados en la iglesia, ante uno de cuyos altares se reunía la cofradía de los pintores.
1785
Interviene en la construcción del templo el arquitecto Francisco Antonio Guerrero y Torres, quien sustituye el techo de dos aguas por una bóveda provista de cúpula octagonal recubierta con azulejos amarillos y azules.
1795
El establecimiento de un taller de herrería y carrocería en terreno adyacente afecta su estructura y la tranquilidad de sus moradoras.
1798
El arquitecto Antonio Velásquez dictamina su inminente derrumbe
1815
Agotados sus bienes, las monjas recurren a la rifa de billetes de la Real Lotería para financiar la compostura, encomendada al insigne Manuel Tolsá, quien se titulaba “arquitecto del convento de Santa Inés y sus fincas urbanas”.
1861
Al reducir los conventos, la ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos (1859), origina la primera exclaustración. Las ineses se trasladan al convento de Santa Catalina de Siena. El monasterio se vende por lotes en montespíos para ayudar a huérfanos y viudas de guerra. Se transforma entonces en vecindad, mientras que la iglesia pasa a ser almacén. Es derribada su torre al considerarla peligrosa para la seguridad del Palacio Nacional.
1863
El decreto que extingue las comunidades religiosas provoca otra exclaustración, lo que obliga a ineses y catalinas a vivir de dos en dos en casas particulares.
1864
Durante el segundo imperio se permite a las monjas de Santa Catalina comprar lo que quedaba del claustro, invitando a sus antiguas propietarias a compartirlo, encontrándose con que al otro lado del patio vivían alrededor de mil soldados franceses. Subsiguientes exclaustraciones derivadas de la convulsa situación política las lleva a refugiarse en los conventos de San Jerónimo y Regina Coeli.
1932
Es declarado Monumento Histórico
1934
Se agrega un entrepiso para viviendas en el deambulatorio del costado sur.
1967
La vecindad se transforma en bodega y expendio de telas
1975
José Luis Cuevas había reunido una gran colección de obras internacionales con el deseo de crear un museo que llevara su nombre. Es apoyado por un grupo de amigos artistas e intelectuales. Lo solicitan al Regente de Ciudad, el C.P. Ramón Aguirre Velásquez
1983
El Consejo del Centro Histórico, presenta 3 opciones para la creación del museo José Luis Cuevas. Fue escogido el Claustro del Convento de Santa Inés
1988
El Regente de la Ciudad hizo la entrega del edificio para albergar la colección donada por el Maestro José Luis Cuevas.
1989
Se iniciaron los trabajos de adaptación.
1990 Se llevó a efecto la segunda etapa de restauración y museología
8 de julio de 1992
Se inauguró este museo de forma relevante por el entonces Presidente de la República Carlos Salinas de Gortari. Desde entonces la escultura La Giganta ubicada en el centro del museo es quien simboliza al mismo.
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